El restaurante Imprevisto es una encantadora desviación en el panorama gastronómico de Barcelona. Isabela, Alberto, Luca y Raffaele desafían la monotonía de los platos repetitivos con una propuesta que rompe la rutina e invita a redescubrir la mediterraneidad. Su cocina de mercado, con influencias viajeras y de alta cocina, combina ingredientes potenciados con grandes dosis de creatividad, diseñada tanto para sorprender como para complacer. Los menús, siempre secretos y en constante cambio, esconden joyas como el tartar de vaca con moras, semillas de mostaza, raifort y demi-glace, acompañados por vinos escogidos con mimo y atención. Como entrar en detalles sobre su propuesta sería como revelar secretos, os invitamos a disfrutar de algo diferente: un poema gastronómico imprevisto.
Im/Previsto
Bajo un corazón ilustrado,
doce comensales expectantes,
dispuestos a jugar y viajar,
descubriendo mediterráneos inciertos,
donde el sabor es el guía.
Oriente y el Mediterráneo,
se encuentran en un pani puri,
el hummus se desliza suave,
la corvina ahumada murmura,
como secretos en la oscuridad.
Luego, el mar se revela,
una ostra en suquet terroso,
la picada catalana besa,
huevas que estallan en la boca,
constelaciones en el paladar,
el océano en cada bocado.
El tartar de vaca es tierra,
moras oscuras como sombras,
piñones que crujen al paso,
mostaza encurtida guiña,
la mayonesa de raifort murmura,
calidez antes del sueño.
De repente, otro lugar,
una berenjena thai empapada,
el vino Porto la envuelve,
la cebolla danza en contraste,
el guanciale rompe el silencio,
la verdad incómoda en un crujido.
Finalmente, el magret de pato,
rico como un rey en su trono,
el mole cuenta historias viejas,
el boniato abraza en la noche,
naranja a la llama ilumina,
el crepúsculo en el plato.
Así, cada plato es un verso,
un fragmento de algo más inmenso,
que celebra lo inesperado,
donde la cocina y la poesía
se encuentran en un juego intenso,
tejiendo historias en cada bocado.