En la entrada de Dry Martini se expone una fotograma de Alicia Florrick y Diane Lockhart tomando el cóctel que da nombre a uno de los bares más importantes de la ciudad. No es casualidad que estos personajes de The Good Wife estén presentes aquí; de sobras es sabida la pasión de Javier de las Muelas por las series, el cine, el arte y el coleccionismo en general, motivo por el que este mítico escondite del Eixample está repleto de cuadros, esculturas y fotografías de artistas emergentes y consagrados. Algunas de las fotos más icónicas -como las de Javier Bardem haciendo cócteles- están escondidas en el pasillo que lleva de una de las puertas del Dry hasta su Speakeasy, un local clandestino que celebra su vigesimoquinto aniversario con una nueva carta inspirada en la cocina italiana.
Inaugurado a finales de 1998, el antiguo almacén del Dry nació como un homenaje a los locales de la ley seca de Chicago y Nueva York. Cada miércoles, este restaurante pionero en Europa invitaba a personalidades de las artes y de la política nacional para compartir secretos y disfrutar de la gastronomía, y hoy en día todavía conserva ese aura de espacio furtivo en el que combinar ingredientes con susurros. Tal vez sea por eso que los visitantes sienten la historia en cada una de las estanterías, repletas de botellas de todo el mundo.
Con Italia en el corazón
El chef Iqbal Singh Prince propone en esta nueva etapa una cocina de temporada con muchos guiños italianos. Un eclecticismo que se traduce en platos como el ceviche de pescado de lonja, el taco de atún en tempura, el arroz caldoso de langosta o el cochinillo de Segovia a baja temperatura. Entre los platos italianos, encontramos delicias como lo penne rigate alla’ matriciana, el vitello tonnato, el carpaccio de straciatella con sardina ahumada o el risotto cremoso trufado de ceps y foie con manzana caramelizada (un must de la carta). Recetas perfectas para maridar con alguno de los vinos tranquilos y espumosos que reposan en la imponente bodega.
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No olvidéis alzar la vista a las paredes antes de iros: encontraréis obras de arte tan relevantes como una trilogía Francis Bacon que bien podría colgar de una de las salas principales del MOMA o The National Gallery. Disfrutarlo junto al postre estrella de la casa, un soufflé de naranja helado elaborado por el mítico Racó d’En Binu que solamente se puede degustar en este local y que recupera la magia innegable del genio Escoffier. ¿La guinda final? Acabar con uno de cócteles clásicos elaborados en este oasis para gourmets, discreto y elegante, que atesora su propia visión artística y gastronómica del mundo.