Al nordeste de Figueres, enclavada en una región dedicada a la viticultura, la pequeña ciudad medieval de Perelada se erige como un tesoro entre viñedos. Una visita obligada es el Restaurant Castell Perelada, que recientemente ha renovado la Estrella Michelin y los 2 Soles Repsol, y que inaugura la temporada rendiendo tributo a los sabores de la primavera. El equipo liderado por Javi Martínez y Toni Gerez reinterpretan, así, paisajes y sabores ampurdaneses en una carta que apuesta, cada vez más, por la sostenibilidad. Una filosofía que se traduce no solo mantener un buen ambiente en el equipo sino, también, en el aprovechamiento de ingredientes del entorno. Un buen ejemplo de ello es la utilización de verduras, hierbas, flores y hortalizas que se cultivan en un huerto ecológico propio.
El huerto, en el centro
Como explica Martínez: “Nosotros no decidimos tanto qué queremos cocinar, sino que, dependiendo de los que nos dé el huerto, ideamos el menú. Por eso, hacemos conservas y encurtidos que nos permitan aprovecharlo al máximo”. Lo vemos en las flores comestibles, el genial crujiente de tapioca y setas o en el praliné de piñones y queso Reixagó que protagonizan el menú actual. Propuestas que se combinan con mejillones en amontillado y esferas crujientes rellenas de berenjena.
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La ilusión que produce el carro de quesos de Toni Gerez, por su parte, hay que vivirla una vez en la vida. El primer jefe de sala distinguido por la Guía Michelin en España es una enciclopedia andante sobre este ingrediente y escucharlo es descubrir un mundo lleno de pequeños productores, empresarios que lo dejan todo para hacer roncales o experimentos gastronómicos que él mismo lidera, como macerar un Roques Blanques con las brisas de un syrah de Finca Garbet.
Para maridar, la recomendación es quedarse con los vinos del territorio, muchos de ellos de Perelada, y acabar a lo grande con unos postres que combinan chocolate, agua de mar y remolacha del propio huerto. Los petit fours, por su parte, están inspirados en los vinos de la marca, entre ellos, el Finca Malaveïna, el Finca La Garriga Blanca, el Gran Claustro y el Garnacha Dulce 12 años. Un buen incentivo para visitar, más tarde, la impresionante bodega ideada por RCR Arquitectes.
Visitas en la región
Vale la pena aprovechar la visita para visitar el emblema de Perelada, un imponente castillo construido en el siglo XIV y transformado en palacio a finales del siglo XVI por Francesc Jofre de Rocaberti. Aquí destacan los jardines Carmen Mateu, que fueron diseñados por el arquitecto paisajista François Duvillers. El recorrido incluye árboles y plantas de diversas especies, estatuas románticas y estanques bucólicos, así como una colonia de cigüeñas blancas, un jardín francés y un antiguo invernadero. Muy cerca, el Claustro de Sant Domènec, un monumento románico del siglo XIII, repleto de capiteles decorados con escenas bíblicas y profanas, que es el único vestigio que perdura de un convento agustino fundado en el siglo XI.
Al otro lado de la calle se encuentra el Convento del Carme, que alberga el Museu Castell Perelada. Erigido en el siglo XIV en estilo gótico, esconde esculturas de los monasterios de Sant Pere de Rodes y Besalú y una impresionante biblioteca con 80.000 volúmenes, entre los cuales destacan mil ediciones diferentes de Don Quijote de la Mancha. El Museo del Vidrio y de la Cerámica, por su parte, exhibe 2,500 obras de arte en vidrio, mientras que la sala Hispano-Suiza nos acerca a la historia de una marca de automóviles histórica.