Si hay algo que se necesita para sobrevivir al verano en Barcelona, es un lugar que combine frescura, buena comida y un ambiente que te haga olvidar, aunque sea por un rato, que el sol te está friendo como a un calamar. Y ahí es donde entra en juego Casa Gracia, un refugio en el corazón del Paseo de Gracia que no es solo un restaurante, sino un pequeño oasis en medio del bullicio de la ciudad.
Este no es el típico sitio donde te sientas, comes y te vas. No, aquí entras y sientes que estás en un lugar distinto, donde el encanto de un edificio neoclásico se encuentra con la energía moderna de Barcelona. Es un espacio donde la gastronomía se mezcla con la cultura y el ocio y donde cada plato tiene una historia que contar. Además, el personal que trabaja aquí es tan simpático que te hace sonreír nada más cruzar la puerta, creando un ambiente acogedor que te envuelve desde el primer momento.
Nuevas propuestas de la carta
Hablemos de lo que realmente importa: la comida. Casa Gracia da la bienvenida al verano con ocho nuevas recetas que recuperan el recetario clásico y lo muestran al público internacional, añadiendo guiños a otros continentes. Los mejillones en salsa thai son la estrella indiscutible; son veganos, sin gluten, y tan deliciosos que te preguntarás por qué no habías probado algo así antes.
Si eres de los que necesitan su dosis de carne para ser feliz, el cordero a baja temperatura con puré vegetal y yogur es como un abrazo reconfortante después de un día largo. Y para los fanáticos del chuletón, el Simmental con pimientos del piquillo y patatas fritas te hará olvidar cualquier otro corte de carne que hayas probado en tu vida.
Entre los clásicos, la croqueta de boletus y de jamón ibérico sigue siendo la reina del tapeo, mientras que los calamares a la andaluza con mayonesa se mantienen como un imprescindible. Y si te apetece algo más exótico, el nuevísimo tataki de atún con vegetales marinados es una opción segura. ¿Prefieres algo más contundente? El steak tartar de solomillo de ternera te hará suspirar y el arroz del senyoret, que también puedes pedir solo para ti, es la definición de felicidad en un plato.
Y, como todo buen banquete necesita un final dulce, Casa Gracia no decepciona. Puedes optar por un requesón con frutos rojos y miel de arce, que es la perfecta combinación de dulzura y frescura, o dejarte tentar por el pastel de queso con mermelada de frutos rojos, un clásico que nunca pasa de moda.
Otra vuelta de tuerca
Pero Casa Gracia es mucho más que su carta. Este edificio esconde secretos que te invitan a descubrirlos en cada visita. Por ejemplo, el Mig Bis, un espacio elegante y misterioso que respeta las consignas del antiguo banco sobre el que se construyó el restaurante. Aquí se guardan secretos de todo tipo, y es ideal para cenas íntimas, fiestas privadas o reuniones donde quieres impresionar a tus invitados.
¿Y qué decir del baño con el burro más famoso de la ciudad? Es uno de esos detalles que hacen que Casa Gracia sea un lugar lleno de sorpresas y que cada visita sea una aventura gastronómica, cultural e internacional.