Florería Atlántico, el bar bonaerense que ocupa el 18 de World’s 50 Best Bars,
y el restaurante Brasero Atlántico, inauguraron su sede barcelonesa el pasado viernes 5 de mayo.
Tras una procelosa singladura oceánica, ambos establecimientos han recalado en Avinguda de l’Argentera número 19, frente a la Estació de França, en el muy trendy barrio del Born.
Ambos establecimientos están capitaneados por Tato Giovannoni (elegido por sus colegas de profesión mejor bartender del mundo en 2020), Diego Cabrera (multipremiado bartender líder de Salmón Gurú) y el emprendedor, experto en hospitality, Alex Resnik.
PARRILLAVINOS DEL MEDITERRÁNEO Y CÓCTELES |
Brasero Atlántico ocupa la planta a pie de calle. Tras una entrada colmada de aromáticos ramos de flores, el restaurante espera a los comensales iluminado con luces cálidas y un interiorismo industrial y al mismo tiempo acogedor que bien podría recordar a un almacén portuario. Brasero Atlántico es un restaurante con algunos cócteles y una fabulosa carta de vinos que recorre el mediterráneo botella a botella, desde el Líbano a Jerez. La oferta sólida se basa en especialidades argentinas interpretadas con un espíritu contemporáneo. La magnífica pascualina, por ejemplo, se rellena de kale y huevo de pato (es deliciosa). Entre los entrantes figuran propuestas mestizas (como el pulpo confitado en aceite de coco, canela y naranja) y que homenajean a Cataluña (como la tabla de embutidos de artesanos locales). En cuanto a los principales, la carta de Brasero se centra en jugosos cortes de carne argentinos cocinados a la parrilla que se acompañan de guarniciones tan sugerentes como el plato de hinojo cítricos y berro; tomate, algas y agua de mar o los guisantes con habas, tirabeques, hinojo y menta. Sin olvidar las papas fritas, por supuesto. En la línea de postres, hay propuestas tan arrebatadoras como la panacota de chocolate blanco y vainilla con ciruelas asadas o el bizcocho de cacao y vermut Giovannoni. |
COCTELERÍA ABISALCONPLATOS DE MAR |
Florería Atlántico, en la planta subterránea, es un viaje a las profundidades abisales del océano. Tras cruzar la puerta de frigorífico que le da entrada, empiezan a escucharse las notas de los vinilos que pincha el DJ a diario y se desciende una hermosa escalera de madera que permite ver el impresionante esqueleto de Eumolpo, el monstruo marino que preside la sala colgado del techo. La iluminación es mucho más ténue e íntima, de tonos azulados, e invita a disfrutar tranquilamente de una carta de cócteles inspirada en los países del Mediterráneo que migraron hacia Argentina, ayudando a construir una nación. Así, se puede pedir un España (elaborado con Tempranillo, Pedro Ximénez de setas, Ratafia Russet y agua de pimentón), un Siria (Calvados, leche de cabra, dátiles, menta y jugo de manzana) o un Egipto (Ginebra, camomila, nísperos y hierbas egipcias). También pueden ordenarse clásicos históricos de Florería Atlántico Buenos Aires, como su Negroni Balestrini (ligeramente ahumado con eucalipto) o Saint Marthe (vino rosado, limón, lavanda y Ricard). En Florería Atlántico los cócteles se pueden acompañar de platos centrados en productos marinos, como el crudo de lenguado, cítricos y aceite de eneldo; la empanada de centolla y camarón o el majestuoso rodaballo a la parrilla. |