La tasca de origen familiar homenajea en su nueva carta al tapeo “en extinción” que tanto marcó la memoria culinaria del chef
Año nuevo, vida nueva para El Buen Gusto (1952). La tasca familiar del chef Artur Martínez, tercera generación de cocineros, rinde ahora su particular homenaje a la cultura de bar de los 80. O mejor dicho, a sus tapas.
“Con la autenticidad de esas recetas de toda la vida, muchas en extinción, que ya no se encuentran en los bares de hoy en día”, lamenta Martínez.
El cocinero de Terrassa, también titular del Aürt de Barcelona, quiere hacer del nuevo El Buen Gusto “un punto de encuentro para nostálgicos del vermuteo y el tapeo tradicional”, que antiguamente se disfrutaba mientras se echaba la partida de dominó o se jugaba a las cartas.
Con El Buen Gusto, Artur Martínez retoma su querencia por la cocina popular de factura casera y degustación cotidiana que tan bien combina con la creatividad y la vanguardia que defiende en Aürt.
En la renovada casa de comidas permanece intacto el legado de una historia escrita con sensibilidad y pasión por el oficio que se remonta a 1952.
El bar que los abuelos del chef abrieron en Terrassa se distinguía por platillos de elaboración casera, acompañados por vinos, cañas y vermuts como los que ahora elabora Artur Martínez junto al Celler Can Morral.
De tantísimas recetas transmitidas entre generaciones, el cocinero ha seleccionado las que evocan a su infancia pero también a esa época en la que forjó su gusto por una profesión que marcaría para siempre su futuro.
Así, en El Buen Gusto encontrarás bravas como las de antaño, pinchos morunos bien hechos, caracoles, pulpo en salsa, huevos y calamares rellenos, mollejas de pollo al ajillo, brazo de gitano…
También la estrella del Buen Gusto: la croqueta de pollo asado, éxito también de ventas incluso cuando el negocio popular funcionó sólo como tienda durante la pandemia. “Platillos todos que forman parte de mi genética como cocinero y que quiero recuperar en El Buen Gusto para el disfrute también de las generaciones más jóvenes”, esgrime Martínez, rodeado siempre de un equipo fiel a su filosofía culinaria.
En El Buen Gusto que inicia ahora una nueva etapa ejercen de anfitriones dos profesionales de la máxima confianza de Artur Martínez entre cocina y sala como son Rodrigo Quijano, alias Tributo; y Raúl Navarro.
Formados ambos a su vera tras sus respectivos estudios de Hosteleria, juntos conforman un tándem -“R+R”- tan sólido como entusiasta al frente del proyecto.