
El Café Pagès, uno de los locales más queridos de Gràcia, celebra su 15º aniversario, consolidándose como un referente de buena gastronomía y ambiente acogedor. Conocido por su cocina casera y su atmósfera animada, este café familiar liderado por Alberto y Elena se ha ganado un lugar especial entre los vecinos del barrio y los visitantes de toda Barcelona.
Desde su apertura en 2010, Café Pagès ha sabido mantener la esencia de los bares tradicionales, añadiendo un toque moderno para atraer tanto a los locales como a un público más joven. Con una decoración vintage, luces cálidas y un ambiente siempre animado, este espacio se convierte en el lugar perfecto para disfrutar de una buena comida o compartir un rato entre amigos.
Gastronomía honesta y menú para todos los gustos
Café Pagès destaca por su propuesta gastronómica equilibrada, donde la calidad de los ingredientes y el respeto por la cocina casera son su sello distintivo. Su menú del mediodía, por 13,50 €, ofrece opciones variadas que incluyen cremas, ensaladas, carnes, pescados y platos vegetarianos, todo rematado con postres caseros como crema catalana, coulant de chocolate (¡un must!) o tarta de queso.
En la carta se pueden encontrar platos como tataki de atún, pollo al curry, costillas a la barbacoa, brie rebozado, croquetas de calamar y huevos rotos con chistorra, siempre con precios asequibles para hacer de cada visita una experiencia deliciosa y accesible.


El afterwork que marca tendencia en Gràcia
Si hay algo que ha convertido a Café Pagès en un punto de encuentro imprescindible es su afterwork diario. De 19:00 a 21:00 h, el local ofrece una selección de tapas a 2 €, acompañadas por vinos por copa que sorprenden cada semana. Este espacio se ha convertido en una cita obligada para quienes buscan relajarse después de la jornada laboral en un ambiente animado y auténtico.
Los fines de semana, además, se transforma en el lugar ideal para disfrutar de un vermut relajado, con una oferta especial de tapas a precios reducidos entre las 12:00 y las 14:00 h. Además, los domingos por la tarde, el local se convierte en un verdadero escenario de rumba en directo, creando una atmósfera festiva que captura la esencia bohemia de Gràcia.