Fotos: Pere Català
El lunes, día 29 de abril, se celebró el encuentro anual de los cocineros que forman parte del colectivo Slow Food Catalunya en La Fassina de Can Guineu, en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona). Durante la jornada se hizo entrega de los nuevos distintivos de la asociación. Este año se integran ocho nuevos restaurantes, un comedor escolar y dos escuelas de hostelería.
La continua lluvia del lunes en Sant Sadurní d’Anoia no hizo desaparecer la ilusión de los miembros del colectivo Slow Food Catalunya por celebrar su encuentro anual. Una cita que, además de renovar lazos y estrechar vínculos, tiene como objetivo hacer entrega de las placas que los acredita como miembros. El acto, apadrinado por Carme Ruscalleda, incorporó este año ocho nuevos restaurantes, un comedor escolar y, como novedad, dos escuelas de hostelería.
Los nuevos miembros son la pizzería Marghe 1889, de Terrassa y de Girona; Deltaic, de La Cava-Deltebre; Cúmul, de Montblanc; Les Nenes Bar, de Canet de Mar; Yumyum, de Sant Esteve del Monestir-Rosselló; el restaurante de l’Escola d’Hostaleria d’Osona, de Tona; y el restaurante pedagógico Escola d’Hoteleria del Pallars, de Sort. También se ha incorporado un nuevo comedor escolar, la Escola Tiziana, de Tiana, que se suma a los 24 comedores que ya formaban parte del colectivo.
Este año la incorporación al sello Slow Food Catalunya de escuelas de hostelería es la gran novedad. Representa, además, un gran paso, puesto que reconoce el trabajo bien hecho de estas cocinas donde se forman a los jóvenes que en el futuro pueden marcar la cocina profesional catalana. “Este acto se plantea como un reconocimiento a los restaurantes que participan en el proyecto y también a los productores locales, que son la pieza clave del movimiento Slow Food y gracias a los cuales los restaurantes km0 podemos ofrecer una cocina centrada en un producto comprometido con el territorio, el medio ambiente y las personas que viven”, afirma el colectivo.
Sumadas las nuevas incoporaciones, en total, fueron 53 restaurantes, 25 comedores escolares y 2 escuelas de cocina los que recogieron las placas en La Fassina de Can Guineu, en Sant Sadurní d’Anoia.
El encuentro, coordinado por Joan Martínez Rosell del restaurante Can Ticus, se celebró en la Fassina de Can Guineu, en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona) donde, además, se anunció el lanzamiento de la primera Guía Slow Food Catalunya en noviembre.
El discurso de Carme Ruscalleda
Por su parte, Carme Ruscalleda ofreció un aplaudido discurso en el que confesó su preocupación por el efecto de la industria agroalimentaria “que está atrapando y engulliendo a las sociedades modernas”. Frente a ellas, “resistencia”, afirmaba la chef. “Hoy día tenemos los conocimientos, los productos, los medios y la ciencia para comer sano y bueno”. Ruscalleda explicó que durante una colaboración con la Clínica Planas, uno de los doctores le indicó que se abstuviera de comer alimentos con más de cinco E entre sus ingredientes. “Me llegó un producto a casa para probar, elaborado en Catalunya, con nueve. Eso no puede ser”, explicaba. “No podemos perder esa cultura de comer bien. Pongámonos las pilas, no dudemos y hagamos esta resistencia más larga que en ningún país del mundo”.
La jornada empezó con la celebración del Mercado de la Tierra en la Plaza del Ayuntamiento, con medio centenar de elaboradores de productos Slow Food, y se cerró con un almuerzo elaborado por miembros del colectivo y la música de Set de Rumba.
A la entrega de placas asistieron David Mascort, consejero de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural; el delegado territorial del Gobierno en el Penedès, David Alquézar; el secretario de Alimentación, Carmel Mòdol; la directora de los Servicios Territoriales de Acción Climática en Barcelona, Elsa Buenaventura y la coordinadora del Departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat, Sofia Moya.
El colectivo
Slow Food Catalunya, cocina ecológica y de proximidad Slow Food, es una asociación eco-gastronómica sin ánimo de lucro, que nace para fomentar una cultura gastronómica basada en los alimentos buenos, limpios y justos. Fundada en Italia en 1989, actualmente se encuentra representada en 122 países diferentes.
En Catalunya, los cocineros Slow Food, además, han impulsado el proyecto Km0, creado en 2008, para afianzar el compromiso de esta filosofía de lo bueno, limpio y justo.
Según la hoja de ruta del coletivo “ser un restaurante Slow Food Catalunya quiere decir cocinar platos de Km 0 donde priorizar los productos del campo, próximo y ecológico, trabajar con alimentos de temporada, evitar el uso de transgénicos, recuperar variedades en vías de extinción, poner en valor especies autóctonas, y cocinar pescado capturado de forma sostenible”. Y añaden “Es la manera de hacer visible el esfuerzo y compromiso para trabajar con producto ecológico, de proximidad y de temporada a través de la certificación y el aval del sello Slow Food Catalunya”.