
Pide un deseo para estas largas y calurosas semanas que todavía te separan de las vacaciones…
El cuerpo te pide un chiringuito. Un lugar paradisíaco frente al mar en el que puedas disfrutar de un cóctel (bien hecho) con los pies hundidos en la arena.
A pocos metros del mar, si puede ser, para poder darte un chapuzón en cualquier momento y seguir con una jornada veraniega que te hará sentir de vacaciones.
Sigamos soñando: lo mejor es que no esté en una playa abierta, sino en una calita con encanto, pequeñita, agradable y animada, que te recuerde a esos veranos en Formentera y te haga olvidar que, tal vez, al día siguiente, toca volver al trabajo.
Y, sobre todo, que se coma bien. De lujo, a ser posible. Bien lejos de esas fritangas y bocatas que encuentras en otros locales de playa. Tú quieres pescados a la brasa impecablemente ejecutados con verduritas frescas, cortes de carne de gran calidad procedente de proveedores locales, ensaladas del huerto y unos postres caseros ricos, ricos para acabar la jornada con un inmejorable sabor de boca.



Gambas frescas, mejillones con leche de coco, hoja de kaffir, chili y cilantro, tiradito de salmón o carpaccio de gamba roja son algunos de los platos de pescado que brillan en PUNTA ROCA, el chiringuito ubicado en Port Ginesta (Castelldefels) que ha llegado para dar sabor (y del bueno) a este verano en la ciudad.
Situado a apenas 20 minutos de Barcelona, Punta Roca es ese lugar mágico, un precioso chiringuito ubicado en una calita que nos va a recordar que también se puede estar de vacaciones estando en la ciudad. Que un rodaballo a la brasa sabe mejor si se degusta entre amigos escuchando el rumor de las olas. Tienen, además, cócteles para todos los gustos y una marcha que no se la acaban.
Para desayunar, comer o cenar, Punta Roca es ese lugar que sabe a vacaciones aunque nos separen pocas horas del regreso a la oficina. Ese lugar en el que, en las sobremesas de las cenas de los fines de semana, podrás quedarte tomando copas a ritmo de DJs con el cuerpo aún lleno de sal y la sensación indiscutible, mágica, incomparable, de que ya es verano, ¡al fin!