En Cellers Domenys, el tiempo se toma un trago de tradición. Con más de 100 años de historia, esta iniciativa ha unido esfuerzos de siete cooperativas para reunir más de 2.500 hectáreas de viñedos y unos 200 olivos. Aunque eso no es lo más sorprendente del proyecto, ya que cuenta con una bodega modernista de 1918 diseñada por Cèsar Martinell, discípulo de Antoni Gaudí y conocido como “El arquitecto del vino”. Además, hace cinco años, se aventuraron con Domenio Wines, una marca llena de innovación, diversidad de productos y el toque justo de locura para conquistar a los mercados.
El modernismo llega al campo catalán
La primera cooperativa vinícola emergió en la Conca de Barberà, una región reconocida como la cuna de las cooperativas, tras la devastación de la filoxera. Este período de unión entre pequeños productores coincidió con la llegada del modernismo al campo, inspirando el diseño de bodegas que evocaban la majestuosidad de iglesias o catedrales. Estos espacios, tanto funcionales como estéticos, jugaron un papel vital en la restauración de la confianza en la comunidad rural, destacándose por características como naves amplias, arcos parabólicos, orientación de los edificios de sur a norte, depósitos circulares y cámaras aislantes.
Para recuperar y salvaguardar este pasado histórico, la Fundació Domenys tiene como objetivo convertir la bodega modernista de Rocafort de Queralt en un vibrante centro cultural, social y económico. “Desde 2011 hemos estado trabajando en su rehabilitación, y ahora tenemos un ambicioso proyecto de restauración total enfocado en el enoturismo”, explica Ciriac Carbó, director técnico y enólogo con un vasto conocimiento sobre el mundo del vino. Con áreas museísticas, espacios enogastronómicos y una agrotienda, junto con una bodega subterránea, la fundación busca impulsar el enoturismo en la zona.
Los mejores vinos de la bodega
Pero pasemos a los ránquines foodies: ¿Cuáles son los mejores vinos de Domenio Wines? Sin duda, en el podio se encuentra Tres Naus Brut Rosat, un espumoso que ha conquistado la medalla de oro en los Premios Vinari Barcelona Rosé. Elaborado con el método tradicional y con una crianza de entre 15 y 30 meses, es el resultado de una selección cuidadosa de la variedad de uva trepat, lo que le confiere su característico color salmón pálido y su adictiva efervescencia.
¿Y qué decir de las marcas Origen y Sunset? Perfectas para disfrutar mientras cocinas en casa o para añadir un toque elegante en eventos especiales, respectivamente. Y no podemos pasar por alto la marca Domenio, que nos transporta a los auténticos sabores de la zona con variedades como trepat, sumoi negre o ull de llebre. Entre estos últimos, además, destaca el trepat dulce, una verdadera joya para los amantes del vino que nos transporta a una época tan dulce como las artes decorativas modernistas.