La aerolínea Volotea inauguró el pasado 8 de noviembre una nueva ruta que conecta Barcelona con Ancona, la puerta de entrada a Le Marche, y que deparará gratas sorpresas a los amantes del arte, la arquitectura y –cómo no– la sensacional gastronomía italiana. Esta región, ubicada en el centro de Italia y bañada por el mar Adriático, ha permanecido injustamente eclipsada por destinos más masificados como la Toscana o la Costa Amalfitana, entre tantos otros, lo que la convierte en un territorio por explorar. Con esta nueva ruta se pretende, pues, poner fin a este desagravio histórico abriendo una ventana al descubrimiento de una Italia genuina, poco explorada y con una riqueza gastronómica a menudo desconocida por el público internacional.
Diversas autoridades de Le Marche han pasado estos días por Barcelona para presentar al público no solo la nueva ruta Barcelona-Ancona, sino también para compartir detalles sobre su riqueza histórica y paisajística. Lo explicaba Andrea Maria Antonini, asesor regional de Agricultura de Le Marche (el equivalente italiano al consejero): “Nuestros puntos fuertes son el mar y la naturaleza, aderezados con todos los servicios necesarios para el bienestar: balnearios, senderos muy bien señalizados y todos los requisitos para una estancia agradable. Además, ¡Le Marche es antiestrés!”, apuntaba el consejero, quien define su región como un lugar “donde reina el bienestar, con una calidad de vida muy elevada que se respira desde el primer momento. No hay grandes metrópolis ni aglomeraciones, y nos consta que es lo que mucha gente busca”. La zona presume de pintorescos pueblos medievales como Offida y Gradara hasta la imponente arquitectura renacentista de Urbino, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, entre muchos otros atractivos.
Salpicada por pequeños pueblecitos y ciudades con más entidad (como es el caso de Ancona), perderse por Le Marche significa descubrir una Italia poco conocida que destaca también por su profusa gastronomía popular. Algunos de los highlights gastronómicos de Le Marche son el ciauscolo, un embutido suave, untable y ahumado con IGP, elaborado a partir de carne de cerdo y especias, que suele tomarse como aperitivo acompañando el pan local. Los populares maccheroncini di Campofilone son una pasta al huevo extremadamente fina con más de 600 años de historia, perfecta cuando se sirve con salsas tradicionales de carne o tomate que realzan su delicadeza. El vincisgrassi, una lasaña rica y compleja que combina capas de pasta sin bechamel y ragú especiado, es un plato insignia de la región, mientras que las aceitunas Ascolana son aceitunas rellenas de carne, rebozadas y fritas, famosas por su textura crujiente y sabor único, protegidas por una DOP que certifica su calidad. Por último, el brodetto es una sopa de pescado que Antonini define como “una receta de pobres, que antiguamente se elaboraba con los pescados que había en el mercado. En la actualidad cada pueblo tiene su propia receta y la elabora a su manera”, señala.
Además, Le Marche es una región líder en producción ecológica y cuenta con diversas Denominaciones de Origen Protegidas en su sector vinícola. Pese a que es más conocida por sus vinos blancos, también alberga algunos tintos de muy alta calidad. En términos de volumen, las principales variedades blancas son el ubicuo Trebbiano (en varias formas) y el Verdicchio. Los amantes del tinto tienen que probar sus tintos robustos como el Rosso Conero.
Pero esto no es todo. Le Marche cuenta con diversos restaurantes galardonados con estrellas Michelin que han puesto a la región en el mapa de la alta cocina internacional. Uliassi, en Senigallia, es el máximo exponente con tres estrellas, destacando por su innovación en la cocina marinera del Adriático. Por su parte, Madonnina del Pescatore, también en Senigallia, cuenta con dos estrellas y ofrece un enfoque moderno y creativo de los productos locales, convirtiéndose en otro referente culinario de la región.
Además de estos grandes nombres, Le Marche alberga restaurantes con una estrella Michelin. Nostrano, en Ancona, sorprende con una cocina contemporánea que respeta las tradiciones locales, mientras que Andreina, en Jesi, ofrece una fusión perfecta entre la tradición y la modernidad, con platos que exploran la riqueza de los ingredientes autóctonos. Ritroscena, Il Tiglio o Dalla Gioconda son otros de los establecimientos que han sido reconocidos con una estrella Michelin y que trabajan con productos locales, del mar al huerto y la montaña, elevándolos a su máximo esplendor.
Una nueva conexión aérea
Por lo demás, Le Marche tiene todo lo que un viajero intrépido y cosmopolita puede desear: colinas cubiertas de viñedos, playas de arena dorada a orillas del Adriático y los imponentes Montes Sibilinos, perfectos para los amantes del senderismo. Los viajeros también pueden disfrutar de joyas arquitectónicas como la Basílica de Loreto, uno de los mayores centros de peregrinación de Europa, y de teatros históricos como el Teatro Sferisterio de Macerata, conocido por su ópera al aire libre.
Este vuelo directo con Barcelona pretende reforzar las relaciones con Cataluña y, de paso, ofrecer al viajero barcelonés un destino de calidad cerca de casa. “Barcelona es un punto clave para nuestras relaciones comerciales. La conexión entre Barcelona y Ancona con Volotea, que tiene su sede precisamente en la Ciudad Condal, nos hace muy felices, y esperamos lograr con ella los mismos resultados obtenidos con la conexión entre Ancona y París. Estamos convencidos de que los viajeros que visiten Le Marche van a enamorarse de sus numerosos atractivos turísticos, arquitectónicos, paisajísticos y gastronómicos”. Atractivos que no son solo comparables a los de la Toscana, sino incluso superiores en algunos aspectos. Así lo aseguraba el presidente del aeropuerto internacional de Ancona, Hamish de Run: “Esta ruta no solo conecta dos ciudades, sino que también pone en valor la región de Le Marche, un lugar que muchos no han descubierto aún, pero con una oferta gastronómica excelente y paisajes tan hermosos (e incluso más) que los de la Toscana. Los marchigiani son conocidos por su amor por la región y por su hospitalidad hacia los visitantes”. Algo que agradecerán, sin duda, los viajeros barceloneses que recalen en Le Marche, muchos de ellos tratando de huir precisamente de la efervescencia turística desenfrenada a la que se enfrentan en su propia ciudad.