
Boa-Bao nos invita a una fiesta foodie para celebrar el Año Nuevo Chino, también conocido como la Fiesta de la Primavera. Esta tradición milenaria, que lleva más de 4.000 años marcando el inicio del calendario lunar, no solo se trata de buenos deseos y rituales, también es una excusa perfecta para disfrutar de recetas con significado. ¿Sabías que los rollitos de primavera deben su nombre a esta celebración? En China, solo se comen ahora, porque simbolizan riqueza y renovación.
Hasta el 9 de febrero, este templo panasiático de Barcelona se pone en modo “Serpiente de Madera” con un menú especial que combina tradición, simbolismo y ese toque creativo que tanto los caracteriza. Y sí, hablamos de un menú con platos que no solo están riquísimos, sino que esconden buenos deseos.
Comida con mensaje (y mucho sabor)
La experiencia comienza fuerte con los rollitos de primavera de tofu y cerdo, una deliciosa mezcla al vapor con gambas y castañas de agua, bañada en una salsa de soja que realza su sabor. ¿Simbolismo? Riqueza asegurada, al menos en felicidad gastronómica. Y no vienen solos: se pueden maridar con cócteles tan imaginativos como la paloma con kimchi o la kombucha casera, reflejo de una tendencia que también arrasa en el gigante asiático: el imparable auge del K-Food.



En los principales, el gua bao se lleva la corona. Este panecillo esponjoso llega relleno de cochinillo estofado con cinco especias chinas, kimchi casero y una mayonesa de kimchi que invita a repetir. Aquí, el kimchi no es un simple añadido: es la prueba de que la fermentación ha dejado de ser un capricho de entendidos para convertirse en un pilar esencial de la gastronomía contemporánea.
El menú se complementa con unas costillas de cerdo tiernas, estofadas con pak choi al ajo, una explosión dulce-salada servida con arroz jazmín. El umami continúa con alitas de pollo con miel, soja y sésamo, marinadas, fritas y glaseadas (las tres palabras que hacen salivar con solo oírlas), acompañadas de una salsa picante de miel, soja y sésamo, perfecta para mancharse los dedos con alegría.



Para el final, un bocado que equilibra frescura y dulzura: dim sum de naranja y chocolate, acompañado de helado de jengibre y naranja confitada. Los cítricos simbolizan prosperidad, así que no es solo un postre, sino un augurio que redondea un menú alejado de los tópicos –jiaozi, pescado, fideos– para reinventar la tradición del Año Nuevo. Serpientes, este es vuestro año.